Fue estupendo, fue
maravilloso, casi irreal, entre chelas, y abrazos, pudimos compartirnos una vez
más, desde que ya no estamos juntos, desde que su vida giró y ahora busca nuevas
mariposas que cazar, mientras yo te odiaba constantemente, día y noche, no
dejando que mis celos se holgarán tan sólo un poco.
Y ahí fuimos y allí
quedó. Nuestra noche y nuestra mañana, intacta e infinita. Llena de besos,
abrazos, más besos y ternura, fresca y lista para dejarse querer y acariciar
por quien te conoce, para bien o para mal, absolutamente TODO. Conoce cada uno
de mis minúsculos detalles, mi cuerpo entero, mis mejores defectos y mis peores
virtudes.
Fue glorioso, fue
único y necesario, entre el sueño y la realidad que se convertía lentamente en
lo profundo de ti.
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