Puede que alguna de las cosas que escriba se me hayan olvidado. Es
probable que me pierda en las redes de mi propio pensamiento y me exalte al
darme cuenta que ya nunca volveré a ser el mismo. Que una parte importante de
mi, se fue de la nada, de un día para otro, dejándome la impotencia, como una
solución a los problemas.
Todo había comenzado, aquel año fatídico, año paradójico, año maldito.
Mi único gran pasatiempo era salir a correr por la ciudad, levantarme
todos los días, alistarme en cinco minutos y conocer nuevas perspectivas de mi barrio donde habitualmente pasaba. Era realmente apasionante, ir mirando las
flores, los árboles perder sus vestidos, los perros vagabundos, a los cuales
adoptaba con un silbido de ida y vuelta.
Ese pequeño y a la vez gran pasatiempo, me llenaba de vida, de ánimo y
de ansias de encontrarle el sentido a las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario