martes, 14 de mayo de 2013

La espera...

7.50 am y lo veo, está siempre allí, intacto. Amaneció nublado, se puso esa chaqueta gris que me gusta, le inventé los nombres que quise, a veces está triste, otras cansado o  más animado, pero hoy, está estudiando, repasando quizás qué. Imagino que algún día me hará existir, por ejemplo que  olvidé el reloj y tenga que preguntarme la hora. O que una tormenta implacable lo obligue a pedirme cobijo en mi paraguas para dos. No sabe que memoricé su rostro, tampoco que me hace feliz el día. Sólo sé que son las 8.10 y no me importa llegar atrasada. 

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