sábado, 18 de julio de 2015

un nuevo comienzo

si me atrinchero, lo más probable es que sea por miedo. Pero también es porque aprendí a apreciar la disposición de mi subjetividad dentro de mis propios límites, es porque, ahora, con plena conciencia, prefiero dejar de ser apostrófica y dedicar ilusiones banales, empapadas de (seudo) amor a figuras que no lo merecen. Es porque estoy en pleno dominio de mi propia luz, de mis seguridades y de mis atributos para conquistar los horizontes que recorreré. Es porque he optado por reconectarme y no desconectarme. Y me asombro de cómo han cambiado las cosas; hace un año era una completa desconocida para mí. Era una mujer desenfocada, triste e insegura, descentrada, en búsqueda de sustentos externos, en constante búsqueda de un alguien, un alguien que completara mi existencia, sin darme cuenta que nunca, realmente, necesité a nadie para ser. Sin embargo, al reconocer mi pasado -tantas experiencias intensas y constantes durante 26 años de un vivir a medias-, he llegado a la primera conquista, consistentemente densa y gratificante que ha llenado mi vida desde entonces, que me ha aterrizado y me ha dado la tranquilidad que no tenía. Si me tropiezo con incoherencias, es tan solo que estoy aprendiendo a vivir con estos nuevos paradigmas, con nuevas visiones, con nuevas certezas, con nuevos amores y territorios insospechados, es el aclimatamiento de una nueva perspectiva, es una nueva convivencia, con ajustes y desajustes, con crisis y triunfos; aquí estoy, pensando, sintiendo y haciendo una obra nueva, con nuevos personajes, con nuevos protagonistas, con nuevos escenarios y facetas; si es que llego a atreverme a decidir decir "te quiero", serás el primero en saberlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario