me quedó rondando la idea de que al encontrarte, al evocarte e integrarte, traspasando la barrera de lo desconocido e, incluso, impensado, me encontraría con mi segunda o primera mitad. Bajo esa premisa, que encontré llena de significancia y contenido, pude relajarme y bosquejar una sonrisa, en realidad, no era descabellado ni excesivamente triste o espantoso, emprender la tarea de conocerte, conocernos y conocerme, una vez más; en nuevas facetas y ambiciones. Develar sin miedo, ni preocupación un apartado mío que viví invisibilizando sin querer. Poco a poco, pude comenzar a apropiarme de tu herencia, sin conocer nada, solo teniéndome e intencionando encontrarte en las huellas de mis rasgos, en gestos, en inervaciones de un nuevo vivir, apoyando con prestancia mis pasos y pie derecho, en hallarte en mis sonrisas y humor; quizás en mi coquetería también. En mis gustos por los viajes, por lo extranjero, por el placer de experimentar una noche intensa, las fiestas, los desconocidos y transitorios contactos que se entablan en ella. A veces, también, el alcohol, esa repentina alegría que inunda y pareciera que borrara con plena conciencia lo que se trae a cuestas. En fin, me he encaminado hacia tí, lo que es lo mismo, que encaminarme, desde otra arista, hacia mí, es decir, una unión que nos beneficia y nos aligera el peso que creímos implacable, quizás ese malestar sin origen, que quisimos esconder de nosotros mismos. Sea donde sea que estés, estás o estuviste, logré imaginar, contornear a lo lejos tus formas, tu sonrisa, tu liviandad; lo más probable es que ni siquiera sepas que existo, o quizás, meditadamente, te alejaste cuando supiste que vendría. No importa, o quizás sí, pero creo, que lo más importante, es saber que agradezco a ojos cerrados y a ciencia cierta, tu espíritu en mí, es lo que es y lo que bastó para que tengamos lo que tenemos y lo que somos y estamos siendo, por mi parte, estoy orgullosa de lo que soy y eso, se debe, en el origen, a tu presencia. La primera o segunda mitad, ese encuentro que permitió mi desenlace vital; te llevo con agradecimiento, con amor y buen humor. Te llevo en mí, en mi subjetividad, en mis profundidades, en los rincones desconocidos, en lo que aún no descubro, lo importante, es que sé que estás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario