presiento que algo se acerca, el choque inminente de alguna novedad. Lo siento desde el fondo de mis entrañas, desde la nublada lucidez de mi razón y del palpitante corazón que me cobija. Algo se avecina, algo que he estado esperando, mi merecida recompensa, mi descanso necesario, el porqué de tanto trabajo y sudor derramados. No sé qué forma tiene y desconozco la naturaleza de sí, pero lo ansío, lo he anhelado y hoy me siento preparada para darle cabida a esa corazonada. Viene viajando, viene directo a mi encuentro. Estoy nerviosa, pero contenta, un poco agitada por dentro. Me prometo saber darle la bienvenida que requiere, desde hoy me he propuesto trabajar y pulir los últimos detalles. Por cada paso que daré, buscaré el prisma invisible, le daré cabida. Si antes creía que todo iba hacia "allá", me afanaré en reconocer, que ya no es necesario que sigan su curso "normal", me daré la labor de encontrarles un nuevo cauce y comenzaré a moverme por rutas desconocidas que me amplíen la visión y dejen de encasillarme en patrones añejos. Dominaré con vehemencia y alegría, ese rasgo que me hace brillar, le daré cabida a todos mis propios componentes, me dejaré llevar. Invitaré a bailar a los libros y haré de las letras una danza genuina. Mi realidad será una, integrada, completa; derribaré el orden de los comportamientos que organizan comedidamente los paisajes de mi miopía. Soy una, en mí cabe todo lo posible, lo por descubrir, lo mucho que he hecho, sentido y vivido. Le dejaré abiertas las puertas de mi jardín a la lógica traicionera y me dejaré sentir, sentir, sentir, sentir...sentir y vivir, sentir desde lo más profundo, aceptando mis raudales, mi marcha intensa, mis emociones arrolladoras; desde ellas crearé mis canciones y les coronaré un sitial importante. Las gritaré al viento, las disfrutaré desde el alma, les daré cobijo y estabilidad. Hoy, prometo acariciarme y dejarme acariciar, hoy decido no tener barreras, decido mostrarme vulnerable, decido ser yo sin ninguna pretensión, decido encontrarme conmigo misma, desnuda y hermosa, decido querer mis defectos, agradecer el dolor, palpar la tristeza y saborear la alegría. Hoy, decido ser feliz.
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