gracias por pedirme perdón y ofrecerme descanso en tu pecho. Gracias por mostrar tu vulnerabilidad frente a mí y darme el derecho a rechazar tu oferta de un nuevo comienzo. Gracias por dejarme decidir ser feliz y llevarme, solo, un buen recuerdo. Gracias por ayudarme a sanar, a darme razones para entender mi síntoma. Por cobijarme y darle el favor a mis lágrimas por última vez. Gracias por dejarme ser tú y conocerte desde dentro, por dejarme penetrar en tu alma y mirar desde un nuevo punto de vista. Sin mi redención ciega y tu fuerza desequilibrante que nos seguía atando, ahora, con toda liviandad, alegría y desenfado, me propongo seguir avanzando. Te llevo con amor y gratitud, te llevo con seguridad y alegría. Te llevo y no necesito que tú me lleves para sentirme plena, pero gracias de todas maneras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario