viernes, 28 de agosto de 2015

el último encuentro

gracias por pedirme perdón y ofrecerme descanso en tu pecho. Gracias por mostrar tu vulnerabilidad frente a mí y darme el derecho a rechazar tu oferta de un nuevo comienzo. Gracias por dejarme decidir ser feliz y llevarme, solo, un buen recuerdo. Gracias por ayudarme a sanar, a darme razones para entender mi síntoma. Por cobijarme y darle el favor a mis lágrimas por última vez. Gracias por dejarme ser tú y conocerte desde dentro, por dejarme penetrar en tu alma y mirar desde un nuevo punto de vista. Sin mi redención ciega y tu fuerza desequilibrante que nos seguía atando, ahora, con toda liviandad, alegría y desenfado, me propongo seguir avanzando. Te llevo con amor y gratitud, te llevo con seguridad y alegría. Te llevo y no necesito que tú me lleves para sentirme plena, pero gracias de todas maneras. 

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