definir lo que es, desde la experiencia, me llevó a caminar una cuadra, ofreciendo mi brazo y mi cuerpo para que avanzáramos juntos, de manera segura, hacia tu destino. Fue esa breve conversación, con inicio, desarrollo y fin. Fue la adaptación leve de mi tiempo y mi dirección a la prestación de ayuda hacia un otro, hacia esa alteridad total, sin nombre, apellido ni subjetividad. Fue la oferta desinteresada, profunda y genuina del valor empático. Fue ese encuentro callejero, tan casual, que llenó mi alma, que le dio calidad a mi caminata habitual, sin distinción. Pasos y palabras superficiales, pero con confianza y agradecimiento mutuo. Esas palabras lanzadas al viento y al entorno, de tantos buenos deseos y emociones vitales que perduren en nuestras vidas y andar. Gracias por darme esta oportunidad de aprender, conocer, pensar, reflexionar y sonreír; gracias por tu sensibilidad y armonía, gracias por enseñarme a ver la vida desde una nueva arista.
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