quizás mi pena sea reflejo de que ya pasado un tiempo, me dé cuenta que estoy sola en medio de una selva de decisiones, bifurcaciones y dualidades extremas que me persiguen y cuestionan, quizás mi pena, también sea el espejo de verme, nuevamente sola, frente a lo que ya decidí. A las barreras que he puesto a mi alrededor, pensando en que algo entre nosotros podría resultar, pero que poco a poco, veo, que me atrinchero, sola, más sola que nunca, con el deber de reflexionar acerca de mí, mi pasado, mi esencia, mis monstruos internos, mis necesidades vitales, mis deseos, desafíos, anhelos, frustraciones, entre tantos asuntos que no tengo idea cómo ordenar, clarificar y documentar de tal forma que sean un recuerdo feliz.
Me encantaría que me abrazaras, sé que probablemente seas el gentleman que siempre deseé, pero que todas desean a la vez, y me convierta en una nueva admiradora de tu larga lista, y, bueno, eso quizás también me duele, porque aposté, algo, no sé cuánto por tí. Por jugar y ver si podíamos ser un buen equipo, una dupla capaz de sostenerse, pero por cada día que pasa, y con tantos asuntos interiores, no veo una salida rápida, sólo sé que ahora me gustaría un abrazo y un poco de compañía, escucharte y sentirme un poco aliviada, reírme, me da lo mismo todo lo demás, pero ya no quiero seguir siendo este punto cada vez más invisible y menos importante...lo siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario