en los momentos en que estoy triste como ahora, te invoco, nunca he dejado de recordarte. Como alguna vez nos dijimos, marcaste un referente y te conviertes en mi refugio cuando te necesito. A veces, sueño con que suena el teléfono y te escucho y vuelvo a escuchar, me dices que nunca te has olvidado de la promesa que nos hicimos, yo tampoco, jamás. Que ese día llegará, que nos volveremos a encontrar...y eso quiero, me haría feliz y eterna. Te extraño, y solo puedo ensimismarme, cerrar los ojos, recogerme a mí misma y sonreír un poco al saber que quizás sientas lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario