ese será el remedio que me obligaré a tomar para salir adelante de este torbellino.
Es la mejor receta para sobrellevar el presente que se posó y que me deja estúpidamente mal parada frente a un alguien que no valió la pena, un alguien que pensé podría aportarme grandes historias y diversión, pero que resultó ser "nada", un nada con patas que vino el mundo, al igual que otro transeúnte en la ciudad, que solo rozó mi hombro y ni siquiera se dignó a pedir disculpas por el leve dolor...ya, como sé que se abrirán grandes horizontes, siento que el escozor disminuye lentamente, poco a poco, no va quedando nada, ni siquiera una ilusión.
Para variar, otra nueva (mala) decisión, pero no me importa, ni me impacienta, ni me hace llorar, porque sé que me está haciendo ser un poco más fuerte y madura.
Me gusta y está bien...cuando ya nada queda, es difícil perder....
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