miércoles, 13 de mayo de 2015

seré sincera

siendo coherente con mi mente y mis palabras, te quiero. Pero te quiero por lo que fuiste, porque fuiste importante, porque te amé con toda la pasión más pura que alguna vez sentí. Porque tuviste el privilegió de que me entregara ciegamente a tu presencia, sin siquiera esforzarte; me esforcé por los dos. Por verte sólido, cada vez más seguro de tí y de tu quehacer. Me alegro, porque quién se endeuda con la vida y el karma eres tú, me siento libre y dispuesta, siento que dí lo mejor, gratuitamente, dí todo lo que tuve en ese momento para dar(te). Y esto me alegra profundamente la vida, me alegra ser quién soy, me alegre saber que puedo entregar sin miramientos, sin dudar. Estoy contenta, porque lo que siento por tí, es genuinamente sano, limpio y transparente. Te quiero y creo que siempre te llevaré con cariño en mi ser. Fuiste un hombre tremendamente importante que llenó el vacío de aquella vez, pero ya no. Hoy y con un largo trabajo emocional a cuestas, estoy segura y más segura de mí, de la nobleza de mi subjetividad, me apruebo en mi esencia, que es amor puro, es un origen amoroso que me ha convencido de mi solidez individual. Hoy, celebro porque no necesito a nadie que me reafirme, hoy puedo ser yo, calma y hermosa. Hoy festejo porque tengo una familia preciosa que me ha dado herramientas infinitas, porque tengo amigos increíbles, porque nunca estuve sola, porque todo mi pasado fue para crecer y para hoy, sentirme muy plena y orgullosa de quién me convertí. Gracias, mi amor -perdona que te llame así, pero me nace hacerlo-, porque sin tí nada de esto sería posible; te deseo lo mejor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario