viernes, 22 de mayo de 2015

el poder de la coherencia

este ha sido uno de los temas más gratificantes del último tiempo. Vivir, despertarme, experimentar y dormir, sintiéndome en paz con mi propia esencia. Ser coherente con uno mismo, con la propia necesidad, se ha vuelto el mayor regalo. Cuando lo ví, lo vivencié, se me abrió el mundo, se me abrieron las ganas, se abrió un nuevo lugar en las coordenadas para mí. Me dí cuenta que nada es ni ha sido en vano, que pertenezco a un cálido núcleo, que desde siempre me ha cobijado, pero que nunca había podido observar con tanta claridad y nitidez. Siempre ha estado todo, casi igual, solo faltaba que yo empezara a mirar desde otro prisma, un prisma templado, una posición más distendida, menos a la defensiva, dispuesta y presente. Que se acerca y expande desde el amor, no desde la crítica y la desidia. Se acerca con ganas, con potencia y energía vital, con un entusiasmo disimulado, que no necesita ser conocido por todos y que no se plasma, meramente, en el reflejo externo, en gritos y algarabía desenfreanda. Se trata de la seguridad, del reconocimiento personal que solo es evaluado por mí, en caminar con desplante y soltura, con los pies muy bien puestos sobre la tierra, con plena certeza de saberme tan capaz...y en eso estoy, digiriendo esta nueva y hermosa verdad que me ha indicado un nuevo comienzo, un nuevo comienzo y porvenir, que es tan solo amor.

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