fue un momento de limpieza, imploré que me escucharas, que me dieras la chance y abrieras (quizás por última vez) tu corazón y pudieras sentir que el mío sigue sincronizado con el tuyo...que no puedo despojarte por miedo a que me olvides, a que me dejes -sin pena- ir, invisibilizando serenamente mi recuerdo en tu memoria de amor.
Esto es una caja de recuerdos, de papeles resquebrajados de antaño, de tanta memoria vertida en palabras que alguna vez forjaron lo que sería...son luchas constantes, citas recurrentes...no obstante, presiento que de todos modos, a pesar de tanta revuelta personal, la crisálida que siempre he sido está a punto de identificarse consigo misma para luego tan solo ser...son trozos de mí sin ninguna pretensión...bueno, quizás sí (llamar tu atención).
jueves, 22 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
no dejes que me vaya porque quiero volver
aún recuerdo vivamente el último adiós, ese beso desteñido y ajeno que nos dimos en la mejilla, ese abrazo reprimido que nunca fue y esa desinteresada actitud que tomé para no seguir llorando como una niña. Te supliqué un reencuentro, una nueva oportunidad para empezar y esta vez hacer todo bien, pero tú ya estabas decidido, totalmente convencido que yo no era para tí, que no me querías volver a ver y que nuestro tiempo feliz se desmoronó y que las ruinas debían comenzar a desaparecer lentamente, con el frío y triste vendaval de invierno. Quisiste verme vulnerable, quisiste que sufriera, que pagara mis pecados como debe ser, según el criterio de la justicia, puedo recordarte y verte una vez más, colérico, disfrutando cómo caía, sintiéndote bien porque estaba perdiendo a un gran hombre, a un hombre que dió todo por mí, a ese hombre que tantas veces le dije que quería fuera mi compañero de vida y que me acompañara a envejecer juntos. Te pedí un retorno inminente, no lo hice a la cara, pero mi primer sustento de vida en solitario, fue aferrarme a la idea de que íbamos a a volver, tanto así, que mi pecho se relajó y sentí un alivio que no puedo explicar; no me importaba hacer mi rutina sola, porque me acompañaba la idea que tarde o temprano llegarías. El problema de todo esto, es que cada día que pasa es una nuevo barrido, una estela que se aleja y desvanece en la inmensidad de este destino implacable que nos separó.
martes, 20 de agosto de 2013
imposible el olvido cuando se siente de verdad
Ha pasado nada desde que me dejaste, para mí, una eternidad. Ha sido difícil, pero he sido valiente y me tragado las lágrimas, cada vez que mi mente te evoca, reprimo las ansias de imaginarte a mi lado. Esta triste realidad que vino a posarse a mí lado, ha sido una de las pruebas más angustiantes que he debido pasar. Sentir tan intensamente una pena de amor. Te amo desde lo más profundo, te amo como siempre lo he hecho, desde que me dí cuenta que quería pasar el resto de mis días contigo, todas las veces que te hablé del futuro fueron una real convicción, aún lo siento un poco así, pero no puedo profundizar en esto, porque mi corazón palpita más rápido y un nudo horrible se asoma en mi garganta, garganta que por cierto se enfermó y debió aprender a convivir con tanta pus y mierda adentro. Te sigo amando, imposible no hacerlo, fuiste y espero que seas, el hombre de mi vida, el hombre que esté ahí para apoyarme, en las buenas y en la malas, sentirte de nuevo y poder reconstruir esta historia, que mal que mal fue bellísima, al menos yo lo recuerdo así. Una historia llena de emociones y sinceridades....te recuerdo cada día, no a cada rato, pero cuando más sola y deprimida me siento, apareces. Sueño, últimamente, contigo, que estás conmigo, que me abrazas y podemos empezar de nuevo, que podemos probar junto este amor, que espero no se esfume con el tiempo y se convierta en cenizas dispersadas en el viento; reafirmando la triste cuasi verdad de que el amor es eterno (tan sólo) mientras dura. Te amo, me encantaría no hacerlo y poder maldecirte sin piedad, pero en noches de alcohol y de supuesta felicidad, me veo triste y cansada, llorándote en algún baño de un bar o pretendiendo que me miras de lejos y vuelven tus ganas de quererme, mientras bailo con otros cuerpos masculinos que, por cierto, jamás podrán reemplazarte.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)