miércoles, 16 de octubre de 2013

cuál es la razón para aferrarme a tí

he dedicado un tiempo sin fin y recurrente en tratar de saber cuál es la motivación que me aferra a tí. Si bien, fui yo la que en un acto racionalmente arrebatado te pedí volver conmigo -seria y formalmente-, con la absoluta conciencia de amarte, no he parado de pensar en ese segundo de pasión meditada que me envolvió aquella vez en tu cama. Tus ojos me respondieron que sí, salió de esa pequeña boca de labios finos un sí y una sonrisa tímida y muda me confirmó un atisbo de felicidad, la cual, en ese instante hice mía, quizás, nuestra; como pretendiendo rememorar el inicio de nuestra relación, recordar y revivir esa época tan fácil y neutra. Fue un momento, dónde mis energías vivieron ese presente y sentí todas las ganas de que pudiéramos repetir nuestro incansable patrón, nuestra cálida rutina que nos acogió durante calmos años, años en que viví de la esperanza de tenerte eternamente, años en que dejaste que te envolviera con mi ciego amor, mis ganas, toda mi fe puesta en tí, en los roles que luego construiríamos como pareja, amantes y potenciales padres de una familia feliz. Y me sentí tranquila, me sentí más en paz conmigo misma, por estar haciendo -y continuando haciendo- todo por verte y verme feliz, quizás, delegándote mi bienestar emocional. Más bien, queriendo que te hagas cargo más de mí que de tí, alguna vez, que salgas de ese estrecho nido en el que te encuentras, de esa suave rutina en la que solamente importan tus necesidades, tus proyecciones, tu tiempo y tus objetivos (académicos, laborales y físicos). Claramente, sigo enfrascada en robarte un poco de tí, en sacarte de tu ensimismamiento, de que me mires, de que actúes de manera proactiva y alguna vez, en estos casi tres años, me sienta, tan sólo, un poco más importante, que me mires y me ponderes en tu entorno con admiración, que me hagas sentir amada por iniciativa propia, tan sólo, robarte un poco de egoísmo, y quizás, parecerme más a tí y lograr superar esta prueba vital que me exige que te ignore y que me centre en mí; tal como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario